Veri*Factu: La verdad que nadie te cuenta sobre tu TPV y la facturación electrónica

La facturación electrónica no es solo apretar un botón en tu TPV y entregar una factura bonita a tu cliente. No, no es un simple trámite administrativo ni una obligación más del Estado. La facturación electrónica, o lo que llaman Veri*Factu, es el escaparate de un sistema que pretende controlar, auditar y garantizar cada euro que entra y sale de tu negocio, escondiendo la complejidad y la responsabilidad detrás de un código QR que parece inocente, pero que es mucho más que un dibujo en la esquina de la factura.

Nada más lejos de la realidad, Veri*Factu no es un juego de modernidad tecnológica, es la demostración palpable de cómo la administración fiscal quiere tener a todos los empresarios y autónomos bajo lupa, y de manera legal, obligatoria, sin excepción para aquellos que usan TPV o cualquier sistema informático de facturación. Según el Real Decreto 1007/2023, modificado por el RD 254/2025 y desarrollado por la Orden HAC/1177/2024, todos los empresarios que tributan por Impuesto sobre Sociedades, todos los autónomos que emiten facturas por sus servicios y cualquier entidad en atribución de rentas que tenga actividad económica, están obligados. Y sí, esto incluye a tu restaurante, tu bar, tu cafetería, tu pequeño establecimiento familiar.

Pero ojo, no todos los casos son iguales, porque hay exenciones, hay matices, hay aquellos que por su naturaleza pública o por estar parcialmente exentos del impuesto quedan fuera del alcance, pero para la mayoría de los hosteleros, esto significa que tu TPV, tu software, tu gestión de facturas está bajo la mira, aunque solo facture una parte de tu actividad.

Ahora bien, ¿qué pasa con el proveedor de tu TPV? Ese que te vende un sistema digital y te dice “tranquilo, todo listo, todo cumple la ley”. La norma es clara y directa: el proveedor es responsable de que su software cumpla con Veri*Factu. Debe presentar ante la AEAT una declaración responsable, debe generar los registros de alta y anulación, debe garantizar la integridad y trazabilidad de cada factura mediante hash, debe generar códigos QR con todos los datos necesarios, y debe tener la capacidad de enviar los registros a la AEAT, aunque tú como usuario decidas no hacerlo. Sí, aunque tú decidas mantener los datos solo en local, el software debe poder enviarlos de manera voluntaria o automática. Esto está recogido en la Orden HAC/1177/2024, artículo 13 y el RD 1007/2023, artículos 1 y 10.

Pero aquí viene lo que nadie te dice claramente:

si el software falla, no cumple, no genera los registros correctos o los QR están mal hechos, la responsabilidad no es solo del proveedor, también eres responsable tú como usuario.

Y las sanciones, según el art. 201 bis de la Ley General Tributaria, pueden ser de hasta 50.000 € por ejercicio, más requerimientos de regularización. Y sí, hablamos de tu restaurante, de tu bar, de tu cafetería, de esas facturas que creías que solo eran números en un papel.

Entonces, ¿qué debes hacer para protegerte? Primero, exige la declaración responsable del TPV, pide copia, guárdala, haz que forme parte de tu documentación. Segundo, verifica que el software genera correctamente los registros, los hashes, los QR, y registra todos los eventos internos del sistema. Y tercero, confirma que el TPV tiene habilitada la opción de enviar los datos a la AEAT, aunque decidas no enviar nada todavía. Esto es tu escudo legal, tu prueba de que has actuado diligentemente y no solo estás dejando que te culpabilicen si algo falla.

Llegamos al tema del código QR, que es lo que más confunde a los hosteleros. Ese QR no es solo un dibujito bonito en la factura, es la huella digital de cada operación, el garante de que nadie ha alterado la factura. Si un cliente lo escanea y la AEAT dice “no verificable”, no significa que estés incumpliendo la norma. Porque el reglamento solo exige que el software pueda enviar los datos, no que lo haga por obligación. El QR cumple con su función: garantiza la integridad y la trazabilidad, y el envío de datos es opcional o voluntario, aunque la capacidad de hacerlo debe existir.

Pongamos un ejemplo real: tu restaurante emite una factura de 50 € por un menú. El TPV genera un registro interno con hash, genera un QR con todos los datos, pero decides no enviar los registros a la AEAT. Tu cliente escanea el QR y ve “no verificable”. ¿Incumpliste la norma? No. Tu TPV es certificado Veri*Factu, genera los registros correctamente, cumple con todo lo que la ley exige, y tú como hostelero has hecho todo lo posible para cumplir la normativa. El sistema está listo para enviar, pero no lo hizo. Legalmente, todo correcto.

Fechas importantes: los proveedores de software ya debían cumplir desde julio de 2025, las empresas desde 1 de enero de 2026 y los autónomos desde 1 de julio de 2026. Sí, es ahora o nunca para ponerte al día y no llevarte un susto con la AEAT.

La hipocresía sería seguir usando cualquier TPV “porque funciona”, ignorando la obligación de tenerlo certificado y documentado. La realidad es que, como hostelero, tu obligación no es solo cobrar y emitir factura, es asegurarte de que tu TPV cumple Veri*Factu, de que tu QR es real, de que los registros existen, de que el proveedor es responsable y de que tú has actuado diligentemente. Nada más, nada menos.

Cuidado: Hay vendedores de software TPV que aún dicen “estamos adaptándolo”. Si te dicen eso, no compres ni instales ese programa. Desde finales de julio de 2025 ya no existe margen legal de adaptación para los proveedores.

Tampoco pueden exigirte un pago adicional por adaptar o conectar Veri*Factu, porque la ley es muy clara: el proveedor debe ofrecer el software conforme a la norma, sin cobrar al cliente por “hacerlo legal”.

Si tu proveedor insiste en cobrar, denúncialo ante la AEAT por ofrecer un software no conforme. Y si ya te han cobrado por el software sin adaptar, exige la devolución del importe, porque además podría considerarse un posible fraude. Y como criminólogo, te lo digo con conocimiento de causa: en esto también se huele el timo a distancia.

👉 Recuerda, que tu proveedor de TPV no te cuente milongas ni te intente sacar unos euros por una "función" que la ley le obliga, puedes comprobar tu mismo en la página oficial de la AETD. No te dejes engañar por la idea de que esto es un trámite menor o tecnológico. Veri*Factu es transparencia fiscal, seguridad legal y responsabilidad empresarial, y mientras tu TPV cumpla con la declaración responsable, hashes, QR y registros internos, puedes dormir tranquilo aunque el cliente vea “no verificable” en su app.